Noelia, perdona que te llame un viernes por la tarde, pero es importante. La biopsia ha salido positiva. “Tranquilo Manuel, todo irá bien”. Así recibía su diagnóstico de cáncer de mama.
Tres años después de esta llamada del ginecólogo de Noelia Valdueza, nos sentamos con ella a tomar un café, a hablar de su experiencia y de su tercer “hijo”, un libro rosa lleno de momentos vitales dignos de compartir.
Cáncer de mama bilateral, todo un reto
Un bultito en la parte superior del pecho, tan alejado de la mama que no se le pasó por la cabeza que pudiera ser un cáncer de mama. De hecho, en las ecografías no se veía nada raro. Fue la biopsia la que trajo el diagnóstico: cáncer de mama bilateral, ¡ahí es nada!
Y, ¿cómo lo enfoca Noelia? Como un reto, no como una enfermedad. Fue tajante con sus emociones y decidió vivirlo como un proceso de aprendizaje a todos los niveles: físico, espiritual y cognitivo.
El cáncer de mama es el más común que sufren las mujeres (1 de cada 8 lo padecerá), así que no es de extrañar que una amiga de Noelia le dijera eso de… “yo conozco a una chica que pasó por esto”. Noelia habló con ella, y esa conversación con alguien que había pasado por lo mismo y lo había superado, la tranquilizó, por eso recomienda hablar con personas que lo han vivido cuando se esté preparado para ello.
Inyecciones de vida contra el cáncer de mama
Al igual que en otros muchos casos, el primer paso en el tratamiento de su cáncer de mama era reducir el tumor lo máximo posible y, de paso, acabar con cualquier célula cancerígena que hubiera decidido esparcirse por otros sitios. Para conseguir esto, tuvo que someterse a varias tandas de quimioterapia.
La quimio, ese “veneno” que acaba con todo y que puede traer de regalo un agotamiento extremo, náuseas, heridas en la boca, despedirse del pelo… y al que Noelia llama “inyecciones de vida”. Algo aparentemente contradictorio pero entendible, ya que esas inyecciones de vida hacían que Zari (así bautizó a su tumor) fuese cada vez más pequeña y ella cada vez más grande.
Esas inyecciones de vida se llevaban lo malo de su cuerpo para después poder empezar a sanarlo.
Y la quimio trajo los mandalas
Para Noelia, el efecto secundario de la quimio más impactante fue la pérdida de facultades cognitivas. Algo de lo que se habla muy poco y que limita bastante la calidad de vida de los pacientes.
Su lectura comprensiva se redujo a los pies de foto de las revistas y su capacidad de concentración era nula, al igual que la memoria a corto plazo. Solo podía pintar mandalas.
Hasta que un buen día, hizo un portavelas con un tarro de miel vacío y después otro y otro, todos con motivos navideños pero diferentes entre sí. A partir de ahí, sus neuronas empezaron a conectarse de nuevo y poco a poco se fue recuperando.
El círculo
Cuando perdió su pelo por culpa de la quimio, sus hijos y su marido le ayudaron a elegir la peluca que mejor le sentaba ya que, después del shock inicial, no tuvo ninguna duda en hacerles partícipes de su enfermedad y explicarles la ruta a seguir.
Para ella, es fundamental compartir los momentos importantes con sus hijos. No quería transmitirles que las cosas fuertes y dolorosas se ocultan o no se dicen. Les dio la oportunidad de sacar su lado más positivo y de sentirse valiosos y útiles en un momento complicado para todos ellos.
Se rodeó de su familia y sus amigos. Se apoyó en ellos y se dejó ayudar.
El bajón
Es difícil describir la energía y la paz que transmite Noelia, por lo que cuesta creer que, cuando ya se estaba recuperando de su cáncer de mama, se encontraba anímicamente tan mal que solo quería dormir.
La quimio y la menopausia forzosa eran una pésima combinación, así que pidió ayuda.
Tanto el psicooncólogo del hospital como la AECC la ayudaron a salir adelante, a aceptar y reconocer lo que le ha pasado como algo positivo en su vida y que le ha hecho vivir de otra forma.
El libro: Tranquilo Manuel, todo irá bien
¿Por qué no escribes un libro? Es una pregunta que le hacían habitualmente, pero no pensaba en ello hasta que, un día, sintió la necesidad de hacerlo. Una necesidad emocional y física.
“Tranquilo Manuel, todo irá bien”, es un libro sobre el cáncer de mama, que no solo habla de cáncer. Habla de conseguir un objetivo. Visualizar un resultado y seguir el camino paso a paso hasta conseguirlo.
A pesar del título, hay que ser realistas porque no siempre va todo bien. Pero, la actitud que se tenga ante el diagnóstico es fundamental. Y Noelia lo sabe, y lo recuerda en cada parte del proceso. Durante la quimio, en cada prueba, en la espera de resultados, después de la doble mastectomía incluso en su momento más bajo.
En las páginas no numeradas del libro, plasma cómo vivió su tratamiento como un proceso, en vez de como una enfermedad. Deja claro que no es fácil, tienes que decidir tener la fortaleza para hacerlo, pero nos da recursos para lograrlo.
Después del cáncer de mama, llega la gratitud
La única vía para seguir aumentando la tasa de supervivencia del cáncer, es la investigación. Y ante un diagnóstico así, puede que nos encontremos perdidos y que necesitemos ayuda al margen del tratamiento médico, por lo que tener una “tribu” a la que acudir que nos ayude, apoye y oriente también es fundamental.
Por estas dos razones, todos los beneficios que genere este libro serán donados íntegramente a GEICAM (Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama) y a ALMOM (Asociación Leonesa de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama).
“Tranquilo Manuel, todo irá bien”, es la forma que tiene Noelia de agradecer a la ciencia estar hoy aquí.
Centro Ginecológico de León, contigo en cada etapa.